Anoche, Radio Faro puerto de luz celebró otro especial. Esta vez hablamos sobre la amistad en internet. Aquí tienen el enlace para descargarse el programa y poder escucharlo. Esperamos que sea de su agrado
1. No forzar
La amistad no se puede imponer. No podemos forzar a nadie a
No puedo disimular, haciendo creer al otro que soy distinto de lo que soy, para que el otro me ame. Lograría, así que el otro fuera amigo de lo que yo aparento ser, pero que no existe. Tampoco he de idealizar al amigo, enaltecerlo, en el fondo, por propio orgullo al poder decir: esa persona tan excelente ¡es amiga mía! Pudiera ser que si lo miro tal cual es, me parezca
que no lo voy a amar y entonces lo hago más grande, lo adorno con virtudes que no tiene y así, ahora sí, creo que es digno de que yo le ame. De ahí vienen muchas rupturas en las amistades cuando llegan a contemplar al amigo tal cual es.
3. No ilusionar vanamente
Ilusionar es engañar simulando por mi parte una disposición a la amistad que en realidad no tengo. Es dejar creer al otro que voy siendo amigo suyo, sabiendo que no es así. Saber que le estoy engañand
o respecto a mis disposiciones y no sacarle del engaño. O hacerle soñar y desear cosas que uno sabe que, en realidad, no puede ofrecer.
4. No ser egoísta:
La persona egoísta somete la amistad a su propio bien. No puedo ser amigo de otro teniendo como objetivo primario mi bien, buscando casi sólo mi propio provecho. He de buscar principalmente el bien de mis amigos, desear hacerles felices.
5. No comprometer
O sea, poner en peligro de cualquier índole al amigo, precisamente por nuestra amistad en sí. No podemos divulgar la amistad que tenemos con alguien si por alguna razón ello le compromete o perjudica.
6. No ironizar
La ironía es hacer una broma punzante del otro; es dejarlo en mal lugar, es hacerle un poco de sangre. No se ha de ironizar a nadie pero mucho menos a los amigos. ¿Por qué? Por dos razones: porque para ello se utilizan, a menudo, conocimientos y datos que son de la intimidad de la amistad, y además porque me aprovecho del amigo dado que él, por el bien de
la amistad, quizá no responda del mismo modo
7. No prostituir
No hemos de utilizar la amistad para otros fines. He de amar al amigo por lo que es, no por lo que puede dar, ni por el beneficio que puedo sacar, ni por el prestigio que pueda obtener al ser amigo suyo. No se puede buscar la amistad como medio para otras cosas. La amistad debe ser término en sí misma. No pretender conquistar la amistad con bienes materiales, sin darnos verdaderamente.
La amistad nos hace libres, no puede esclavizar. Se es amigo porque se quiere y se sigue siendo amigo porque se sigue queriendo. La amistad no debe atar. Hay gente que tiene miedo de que el amigo se le vaya y va tejiendo una sutil tela de araña hasta que lo enreda y lo tiene preso dentro. Por otro lado, hay personas que tienen un cierto miedo a ir por la vida, y se hacen vasallos de alguien más fuerte. Entonces, dentro de esa voluntaria red, se sienten felices pero están cazados para toda la vida. La amistad es una entrega, pero una entrega que, a la vez, te hace ir siendo más libre, no te ata sino que te ayuda a desatarte de toda trampa. Antes libre, no te ata sino que te ayuda a desatarte de toda trampa. Antes hablábamos de no forzar. En esta característica de la amistad que ahora tratamos, el amigo no es de mi propiedad. No hemos de tratar de poseer personas, nunca.
9. No mandar ni dejarse mandar
Donde hay mando, es que hay autoridad-obediencia, eso mata la amistad. Mientras haya jerarquía (p.e. padres-hijos, empresarios-obreros, etc.) no puede haber verdadera amistad. En ésta, ha de haber libertad, nada de coacción, nada de dependencia o de obligación. Es propio del amigo no mandar sino pedir, solicitar, proponer. Y viceversa, no obedecer sino acoger, ser delicadamente dócil, pero libremente, no como un esclavo sino como un ser humano libre.
10. Amar y dejarse amar
Es mutuo por parte de todos los seres amigos, el amor. Si de estos sentimientos, yo soy el que quiere dar agua pero como si nunca necesitara de ella, no pido que me quieran, incluso no me dejo querer, la amistad, así, se va desequilibrando. Dejarse querer es una tremenda humildad. Nos cuesta porque para ello tenemos que reconocer que somos limitados y que también necesitamos que nos amen, que nos cuiden, que se ocupen de nosotros. Tan importante es amar como dejarse amar.
3 comentarios:
Hola! unas reflexiones muy profundas y bien hechas , me ha gustado!te mando un saludo!
que bonito ha quedado ejco
ejque ere la lejche
un beso
gracias pisiosaaaaaa
Siempre Con Amor
karwen
Oleeeeeeeeeeeeeee.... que la ejco.. es mundial... oeeeee... oeeeeee.... Un besazo de esta hormiguita :) muacxkssssssssssssssssssssssss
Publicar un comentario