viernes, 26 de septiembre de 2008

EL TEMPLO DE LA PERDICION

Cernnunos

Existen unas misteriosas ruinas de un templo egipcio perdido en las arenas del desierto. Según cuentan las leyendas en su interior se esconden tesoros inimaginables, secretos perdidos en los abismos del tiempo.


El Cairo 5:00 AM un grupo de 7 personas atraviesa el Nilo rumbo a un yacimiento situado al norte del Valle de los Reyes. El grupo está formado por tres chicas y cuatro chicos: Javier estudiante de arqueología, Lorena estudiante de lenguas y escrituras antiguas, Rafael profesor de egiptología y su mujer Eva una apasionada del Egipto antiguo también Iván tomas profesor de geografía y por ultimo Lourdes y Tomás dos estudiantes que no tenían nada que hacer en sus vacaciones y se unieron al grupo de estudios de la universidad.

El grupo descubrió la existencia de un templo dedicado al dios Ptah, un dios muy adorado en el imperio antiguo.

Ejco

El templo se encontraba escondido tras unas montañas de arena a las que los egipcios no se acercaban. El grupo preguntó si se podía hacer un safari por el desierto en el que se acercaran hasta las elevadas dunas que llamaban su atención. Todos se negaron a acompañarles o a darles un vehículo con el que pudieran llegar a esa zona. Según decían, aquél que cruzaba esas montañas perdía su vida tan solo perderse en el horizonte. Era un lugar maldito, es más, nadie había podido acercarse allí por la negativa expresa de los habitantes para guiar cualquier expedición.

Resultaba extraño que a lo largo de tantos años nadie hubiese tenido la curiosidad de preguntarse que había detrás de aquellas dunas. Afortunadamente ellos contaban con una curiosidad que les permitiría traspasar cualquier barrera que se encontrara en su camino. Algunos como Lourdes, tenían miedo de entrar en el templo, pero tenía aún más miedo a quedarse sola en medio del desierto, así que decidió seguirles. De esta manera y con dinero en mano, consiguieron que un joven les acercara en su jeep hasta lo alto de aquellas dunas negándose en cualquier caso a ir más allá de ellas.
La entrada del templo estaba custodiada por dos esfinges en las que se podían observar unos jeroglíficos muy antiguos. Lorena tuvo problemas para descifrarlos pero entre ella y Rafael lograron leer lo que allí decía:

“Aquel que entre en el templo sagrado de Ptah, entra en el camino de la perdición”

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Resguardados del desierto en una enorme tienda de campaña, el profesor Rafael, ayudado por su esposa Eva, les explicó al resto del grupo cuales eran sus planes.

“Estamos ante las puertas de uno de los grandes descubrimientos de este siglo. Nada más y nada menos que un templo perdido del antiguo Egipto. El sueño de cualquier arqueólogo hecho realidad. Antes de nada dejaré que mi mujer, Eva, os comente algo acerca del dios Ptah.
Cariño, por favor.”
“Gracias Rafael. Bien, me imagino que mucho de lo que les cuente aquí ya lo sabrán. Pero nunca viene mal un pequeño repaso a la historia.

Existen evidencias de su existencia desde la I Dinastía, sin embargo, parece que en un principio pudo ser tan sólo una divinidad local. Durante el Imperio Medio fue llamado "señor de Anj-tawy" en referencia a la ciudad de Menfis, donde se realizaba el principal culto a este dios. Ptah se convirtió en dios de la creación y fue conocido como "el escultor de la tierra" que, al igual que ocurría con el dios Jnum (Khnum), se creía que había modelado todo en su torno de alfarero. Existía un pequeño templo en Menfis dedicado a este dios pero, por desgracia, ha sido muy poco lo que nos ha llegado hasta nosotros.

Damas y caballeros, nos encontramos ante un templo en casi perfecto estado dedicado al dios de la creación de los egipcios. Sin animo de exagerar, estamos haciendo historia.”
Dicho esto Eva le devolvió la palabra a su marido.

“Bueno. Lamentablemente no tenemos el equipo para hacer una expedición en toda regla ni los permisos necesarios. Los víveres y el agua nos pueden durar una semana a lo sumo, así que aprovechemos este tiempo para investigar los exteriores del templo sin entrar.
Una vez conseguidos los permisos necesarios, el equipo y un grupo de trabajadores regresaremos para investigar a fondo. Ahora descansen esta noche y mañana comenzaremos temprano a trabajar.”

Terminada la reunión regresaron cada uno a su tienda, pero Lourdes y Tomás tenían pensados otros planes.

Pasaron entre las dos esfinges y se dedicaron a perseguirse por entre las filas de estatuas de los dioses Ptah y Osiris.
Ajenos a todo lo que les rodeaba, los dos jóvenes amantes tan solo veían aquel magnífico espectáculo como un lugar más donde pegarse un revolcón.
Mientras los dos amantes retozaban por la arena, una figura les espiaba desde la oscuridad.

El grito de Lourdes hizo que Tomás se girara para ver como le atravesaban el estomago con algo muy afilado. Ni siquiera tuvo tiempo para ver como mataba también a Lourdes.
A la mañana siguiente los gritos de Eva despertaron a todo el campamento. De cada una de las dos esfinges colgaban los cuerpos de los dos desdichados mientras los buitres se cebaban con sus cadáveres.
Al pie de las esfinges alguien o algo había pintado un jeroglífico con la sangre de los dos muertos.
“Esta es el destino de quien ose profanar el templo del dios Ptah” fue lo que tradujo Lorena..... CONTINUARA....


aNiMaTe y ConTinua NuesTra HisToRia!!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

PLASSSS PLASSSSS Q INTERASANTE!!

Erika dijo...

Por fin te animaste y encima te cargaste a dos joe, me gustó mucho.

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