lunes, 1 de septiembre de 2008


El templo de la perdición


Cernnunos

Existen unas misteriosas ruinas de un templo egipcio perdido en las arenas del desierto. Según cuentan las leyendas en su interior se esconden tesoros inimaginables, secretos perdidos en los abismos del tiempo.

El Cairo 5:00 AM un grupo de 7 personas atraviesa el Nilo rumbo a un yacimiento situado al norte del Valle de los Reyes. El grupo está formado por tres chicas y cuatro chicos: Javier estudiante de arqueología, Lorena estudiante de lenguas y escrituras antiguas, Rafael profesor de egiptología y su mujer Eva una apasionada del Egipto antiguo también Iván tomas profesor de geografía y por ultimo Lourdes y Tomás dos estudiantes que no tenían nada que hacer en sus vacaciones y se unieron al grupo de estudios de la universidad.

El grupo descubrió la existencia de un templo dedicado al dios Ptah, un dios muy adorado en el imperio antiguo.


Ejco

El templo se encontraba escondido tras unas montañas de arena a las que los egipcios no se acercaban. El grupo preguntó si se podía hacer un safari por el desierto en el que se acercaran hasta las elevadas dunas que llamaban su atención. Todos se negaron a acompañarles o a darles un vehículo con el que pudieran llegar a esa zona. Según decían, aquél que cruzaba esas montañas perdía su vida tan solo perderse en el horizonte. Era un lugar maldito, es más, nadie había podido acercarse allí por la negativa expresa de los habitantes para guiar cualquier expedición.


Resultaba extraño que a lo largo de tantos años nadie hubiese tenido la curiosidad de preguntarse que había detrás de aquellas dunas. Afortunadamente ellos contaban con una curiosidad que les permitiría traspasar cualquier barrera que se encontrara en su camino. Algunos como Lourdes, tenían miedo de entrar en el templo, pero tenía aún más miedo a quedarse sola en medio del desierto, así que decidió seguirles. De esta manera y con dinero en mano, consiguieron que un joven les acercara en su jeep hasta lo alto de aquellas dunas negándose en cualquier caso a ir más allá de ellas.


La entrada del templo estaba custodiada por dos esfinges en las que se podían observar unos jeroglíficos muy antiguos. Lorena tuvo problemas para descifrarlos pero entre ella y Rafael lograron leer lo que allí decía:

“Aquel que entre en el templo sagrado de Ptah, entra en el camino de la perdición”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante!!

Anónimo dijo...

orale singanleeeeee!!
esta chido
un saludo
pasare mas amenudo
mexic

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